Lo lamento. Te perdono. Gracias. Te amo.
El amor se transmite incluso a través de frases simples, y esas pocas palabras pueden marcar una gran diferencia para alguien que necesita escucharlas. Alguien puede saber en su corazón que lo amas, pero aun así quiere escucharlo de todos modos.
No recuerdo cuándo me di cuenta por primera vez de que mi madre era fuerte. Pero hasta el día de hoy es una de las personas más resistentes que conozco. Me sorprende que ella siempre haya tenido la fuerza y la paciencia para cuidar de todos los que la rodean como lo hizo y que, en gran medida, todavía lo hace.
Pero eso es lo que hacen las madres, ¿verdad? Se supone que deben amar, guiar y apoyar. Pero con demasiada frecuencia se dan por sentado.
No tengo ninguna duda de que mi vida habría sido muy diferente sin ella. Su presencia y guía me ayudaron a convertirme en la mujer que soy hoy, de la mejor manera posible. Y eso es algo que ella merece saber.
Entonces, si no puedes encontrar las palabras, toma las mías. Así le agradezco a la mujer que me crió:
- Eres la mujer más fuerte que conozco.
- No puedo imaginar mi infancia sin ti.
- Gracias por elegir la vida conmigo en lugar de lo que podría haber sido.
- Gracias por llevarme al parque, al cine, al baile de la escuela. Sé que me avergoncé de ti, pero mirando hacia atrás no lo habría hecho de otra manera.
- Gracias por mantenerme cálido y seguro.
- Gracias por tomar mi mano cuando tenía miedo.
- Gracias por dejarme llorar y permitirme aprender las lecciones que necesitaba aprender.
- Gracias por ayudarme a superar a ese chico.
- Gracias por escuchar cuando nadie más quería escucharlo. No sabía cuánto necesitaba eso.
- Gracias por seguir amándome cuando estaba sufriendo y solo quería hacerte daño a ti también para sentirme mejor. Sé que siempre has sido mi roca.
- Gracias por no ser mi amigo, sino mi padre. No sabía qué…