14 signos de personas mentalmente fuertes

La fortaleza psicológica, intelectual y emocional es, en muchos sentidos, la capacidad de percibir la realidad por lo que realmente es y luego manejar sus emociones sobre esas observaciones de una manera saludable y productiva.

La fuerza mental se revela tanto por lo que hacemos como, en otras ocasiones, por lo que no hacemos.

Aquí hay 14 signos de un individuo mentalmente fuerte…

14. Autonomía y autosuficiencia

Tienes un claro y fuerte sentido de ti mismo. No eres codependiente ni manipulador ni posesivo ni controlador. Sabes cómo lidiar con tus problemas.

No temes estar solo, pero tampoco le temes a la gente. No quieres que otros te salven, ni tratas de rescatar o cambiar fundamentalmente a otros.

No dependes de otras personas para manejar tus emociones, ni actúas sobre ellas.

13. Autoestima saludable

A veces, una autoestima alta y sana se confunde con el narcisismo (símbolos de estatus: falsa confianza en uno mismo, comportamiento irrespetuoso, apariencia, dinero, poder, fama, capacidad para manipular a los demás) y viceversa.

Una persona mentalmente fuerte no es falsamente segura de sí misma ni tímida.

Eres consciente y aceptas tus fortalezas y debilidades. Ha aprendido a autoevaluarse y validarse con precisión, de modo que no depende de los elogios de los demás ni se siente devastado por el rechazo.

12. Proactividad en lugar de pasividad o reactividad

Reconoces que eres responsable de tu propia vida. Si hay un problema, puede sopesar sus opciones y tomar una decisión.

En cambio, una persona pasiva suele sentirse abrumada o desconectada, hasta el punto de sentirse paralizada e incapacitada para realizar cualquier acción. De manera similar, una persona reactiva simplemente reacciona automáticamente a las cosas en lugar de tomar decisiones conscientemente.

Las personas pasivas o reactivas rara vez son conscientes de que están tomando decisiones en su vida. Las personas proactivas son conscientes de sus emociones, pensamientos y motivos. Disfrutas vivir tu vida, incluso si es un desafío.

11. Una mente presente y racional

Ves la realidad tal como es. Eres bueno para conceptualizar con precisión la realidad usando la razón, la lógica, la observación y el sentido común. En comparación, las personas irracionales, incluso si son muy lógicas, solo pueden llegar a conclusiones o conexiones que tienen sentido para ellos pero que objetivamente son terriblemente miopes o simplemente ridículas.

Eres capaz de mantener un alto nivel de conciencia, donde puedes aceptar la situación tal como es sin autoengañarte o ser incapaz de regular tus emociones.

Sabes cómo estar en el momento presente sin quedarte atrapado en el pasado o preocuparte constantemente por el futuro.

10. Alfabetización emocional y autorreflexión

Estás en contacto con tus emociones. Eres capaz de reconocer exactamente lo que sientes, por qué razón y lo que significa en relación con tu existencia.

No te apresures por la vida. Te tomas el tiempo para mirar hacia atrás y reflexionar sobre lo que está sucediendo en tu mundo interno y externo. Piensas en lo que te sucedió en tu vida, o lo que está sucediendo, y tomas decisiones activamente sobre tu comportamiento en función de tus emociones y realidad auténticas.

Puedes resolver efectivamente tu trauma pasado y crecer como ser humano.

9. Empatía y compasión

Las personas mentalmente fuertes tienen un agudo sentido de empatía por sí mismas y, por extensión, sienten empatía hacia los demás. La empatía no significa necesariamente que estés de acuerdo con otras personas o con sus acciones, sino que comprendes cómo se sienten, piensan y actúan los demás, y por qué.

Otra extensión de la autoempatía es la compasión. Debido a que entiendes cómo te sientes y cómo pueden sentirse los demás, tienes mucha compasión por aquellos que están sufriendo legítimamente.

8. Adaptabilidad

La adaptabilidad es uno de los rasgos de carácter más útiles para tener. Las personas mentalmente fuertes son capaces de adaptarse a los cambios rápidamente y mantenerse razonables en una situación problemática o inesperada.

También significa ser capaz de adaptarse cuando las cosas van mal, como suele ocurrir en la vida. Tienes la confianza de que estarás bien porque eres adaptable; piensas en las situaciones, pero no te obsesionas ni te preocupas por ellas porque sabes que podrás enfrentarlas cuando sucedan.

7. Aceptar lo que está y no está bajo tu control

Entiendes que hay muchas cosas que están fuera de tu control. Querer tener el control de todo es un signo clásico de ansiedad crónica e inseguridad existencial.

Eres capaz de diferenciar entre lo que puedes y no puedes controlar. Cambiar el enfoque de las cosas que no están bajo su control da como resultado sentirse mejor, descubrir nuevas opciones y oportunidades y felicidad general.

6. Autoenfoque saludable

En lugar de concentrarse en lo que no puede controlar o tener metas grandiosas o inquietantes, simplemente vive su vida de la manera más saludable y consciente posible.

No juegas juegos sociales y no te gusta asociarte con personas que lo hacen. Tienes tu círculo de personas que realmente se preocupan por ti y a quienes amas profundamente.

No sigues ideologías y no te entregas a narrativas, agendas y dramas sociales, políticos y filosóficos. No tratas de cambiar a todos los que te rodean para satisfacer tus gustos. No te preocupes por lo que tu vecino esté pensando o pueda estar haciendo mal. No acechas ni te peleas con la gente en las redes sociales.

Creas activamente una vida mejor para ti, sin agredir a los demás, comenzando por ti mismo y tu entorno inmediato.

5. No sentirse con derecho

Aceptas que nadie te debe nada. De hecho, el universo no se preocupa por ti.

Si quieres algo, tienes que tomar la iniciativa para conseguirlo. También aceptas que a veces la vida no es justa y no todos empiezan con el mismo mazo, incluido tú. Esto, sin embargo, no significa que debas ser injusto con los demás.

4. Ayudar a los demás por bondad

Fundamentalmente, cada uno es responsable de su propia vida. No hay obligaciones positivas no elegidas. Por defecto, no le debes nada a nadie, al igual que otros no te deben a ti.

Las personas mentalmente fuertes son consideradas y serviciales. Sin embargo, dar y ayudar a los demás es un acto de bondad, no una obligación.

Eres servicial y afectuoso, pero no te sientes responsable del bienestar de los demás, al igual que nadie es responsable del tuyo. Puedes ser servicial y generoso, sin sentirte culpable o responsable.

3. Relaciones saludables

La base de las relaciones saludables son los límites.

Tratas a los demás de manera justa, lo que significa que amas y respetas a quienes lo merecen, y no desperdicias tus recursos (tiempo, dinero, energía) en personas tóxicas ni toleras su comportamiento perturbador.

Si te encuentras con algo que parece tóxico o poco saludable, tomas una decisión al respecto en lugar de reaccionar emocionalmente o aceptarlo pasivamente. Estás reevaluando tus relaciones con los demás de manera regular y llegando a conclusiones que te ayudarán a mantener tus límites.

2. No tratar de complacer a todos

La verdad es que no importa quién seas y lo que hagas, habrá personas a las que no les gustarás. No le gustas a todo el mundo, así que es natural que no le gustes a todo el mundo.

Las personas mentalmente fuertes no agreden ni maltratan a los demás, pero también aceptan que el rechazo social es inevitable y está bien.

1. Decir ‘no’

Las personas mentalmente fuertes saben cuándo decir ‘no’. Saben dónde termina su responsabilidad emocional y comienza la de otra persona, y viceversa.

Se sienten cómodos defendiéndose a sí mismos y han aprendido que decir no a las violaciones de los límites, la agresión y el comportamiento injusto los beneficia al final. No sienten vergüenza ni culpa por ello, sino que sienten liberación y libertad.

¿Notó alguna de estas señales en usted mismo o en otros? ¿Hay algo que agregarías a la lista? Siéntase libre de compartir sus pensamientos en los comentarios a continuación o en su diario personal.

Foto:Eileen McFall