¿Cuáles son las señales de que creciste en una familia tóxica? Yo crecí en una familia tóxica, pero pensé que era normal. Solo cuando me fui de casa y comencé a compartir historias con amigos y parejas, me di cuenta de lo diferente que fue mi infancia.
A menudo, los efectos de vivir con una familia tóxica no se manifiestan hasta mucho más tarde. Puede que tengas problemas para mantener relaciones, tal vez tengas baja autoestima o tal vez hayas terminado con una pareja tóxica.
Saber de dónde provienen nuestras dificultades en la edad adulta puede ayudarnos a superar nuestra infancia tóxica y llevar una vida plena.
12 señales de que creciste en una familia tóxica
1. Eras maduro para tu edad cuando eras niño.
Los niños que crecen en una familia tóxica a menudo reciben demasiada responsabilidad a una edad temprana, lo que los hace madurar más rápido.
Así es como recuerdo mi infancia. Caminábamos solos media hora hasta la escuela primaria; teníamos que hacer tareas domésticas desde muy pequeños, trabajo nocturno para pagar las cuentas y vivíamos bajo reglas estrictas. Tengo muy pocos recuerdos felices de mi infancia.
2. Tenías pocos amigos cuando eras niño
¿Eras el niño inadaptado que siempre vestía ropa pasada de moda o zapatos que no te quedaban bien? ¿Tu uniforme escolar no combinaba con las compras de tiendas de segunda mano? ¿Tenías que pedir permiso para hacer cosas que tus amigos hacían automáticamente? ¿No podías salir a jugar por las tareas de la casa o de la escuela?
Todas estas son señales de que creciste en una familia tóxica.
3. No te gusta mantener el contacto visual.
Los abusadores utilizan el contacto visual directo para intimidar o acosar a sus víctimas. Las víctimas aprenden a mirar hacia otro lado para no provocar una reacción o más abusos.
Las investigaciones sugieren que para los adultos con trastorno de estrés postraumático infantil, el contacto visual directo es una amenaza, ya que lo asocian con la violencia. Sin embargo, los adultos perciben que evitar el contacto visual es un signo de ansiedad o de falta de habilidades sociales, lo que puede afectar la percepción que tienen de usted.
4. Estás enojado sin motivo
Los estudios muestran que los niños mantienen el apego a pesar de sus padres abusivos. Sin embargo, esto tiene graves repercusiones en etapas posteriores de la vida. Los niños que sufren abusos, ya sea como testigos o como víctimas, deben seguir dependiendo de estos padres abusivos para su seguridad y supervivencia.
Tienes miedo de la persona que abusa de ti y, sin embargo, necesitas que te proteja. Es un conjunto de circunstancias tan opuestas que provoca confusión y enojo a medida que envejeces.
5. No puedes formar relaciones saludables a largo plazo.
Aprendemos sobre las relaciones a través de nuestros padres. Sus interacciones moldean nuestra percepción de las relaciones ideales. Si en la relación de nuestros padres hubo falta de confianza, acusaciones de infidelidad o abuso, eso afecta la manera en que abordamos la intimidad.
Los problemas para mantener relaciones a largo plazo son sólo una de las señales de que creciste en una familia tóxica.
6. Tienes un problema con la comida.
Las horas de comida pueden ser momentos estresantes en un entorno familiar tóxico. Puede que haya poca comida disponible porque tus padres te descuidan o porque la comida se usa como arma para controlarte. Aprendiste a engullir la comida lo más rápido posible para escapar de la ansiedad o porque había poca comida para todos.
Ahora bien, la comida nos recuerda el estrés y se manifiesta en trastornos alimentarios o en miedo a comer delante de otras personas.
7. Eres hiperindependiente
Si tus padres eran fríos y carentes de emociones, no podías acudir a ellos en busca de ayuda. Tenías que guardarte tus problemas para ti mismo y aprendiste que la única persona en la que podías confiar era en ti mismo.
Ahora, como adulto, te percibes como un fracaso si necesitas a alguien porque, cuando eras niño, te inculcaron la idea de que debes confiar en ti mismo.
8. Eres ultra dependiente de los demás.
Un padre que te inculca lo estúpido e indefenso que eres crea esos mismos rasgos negativos. ¿O tal vez tus padres controlaban cada aspecto de tu vida? Nunca aprendiste a ser independiente porque tus padres lo hacían todo por ti.
9. Tienes que justificar todo
Imagínate crecer sin saber qué podría hacer enojar a tus padres. Las cosas más inocentes y razonables pueden desencadenar una avalancha de abusos y tomarte desprevenido y por sorpresa.
Entonces, para mitigar esa respuesta en el futuro, debes explicar en exceso y justificar tu posición o tus acciones antes de que las cosas salgan mal.
10. No expresas tus opiniones/sentimientos
¿La gente le acusa de no decidirse? ¿Le han dicho que se cierra en banda, que es fría o que no puede hablar de temas emocionales?
Cuando creciste, tuviste que protegerte del caos que te rodeaba. Parte de eso consistía en reprimir tus emociones. ¿Quizás tus padres se reían de ti o te castigaban por llorar? Ahora consideras que los arrebatos emocionales son una señal de debilidad o te niegas a permitir que los demás te vean en un estado vulnerable.
11. Te cambias a ti mismo para complacer a los demás.
Vivir con caos o abuso en la primera infancia puede afectar la forma en que se forma tu personalidad.
Si tus padres te ignoraron o te intimidaron, es posible que sientas que tus necesidades y opiniones no son importantes. Puede que desees encajar en el grupo o no destacar demasiado para no llamar la atención. La gente puede pensar que no eres sincero o genuino porque cambias de opinión con tanta frecuencia.
12. Te sientes responsable de los sentimientos de otras personas.
Cuando tus padres te culpan de todo lo que sale mal en casa, te hacen responsable de cosas que están fuera de tu control. Ahora estás hipervigilante, anticipando lo peor y esperando que te llamen la atención por ello. Te has hecho emocionalmente responsable de los sentimientos de los demás.
Los padres que responsabilizan a sus hijos de sus sentimientos les imponen una carga antinatural que puede durar toda la vida si no se aborda.
¿Qué puedes hacer si creciste en una familia tóxica?
Si reconoces alguna de las señales anteriores de que creciste en una familia tóxica, aquí hay tres cosas que puedes hacer.
Hablar con hermanos
¿Tienes hermanos o hermanas que hayan pasado por el mismo entorno familiar tóxico que tú? ¿Están dispuestos a hablar de sus experiencias? Hablar con personas que saben por lo que has pasado puede ser de ayuda.
Permanecer desapegado
Si quieres tener algún tipo de relación con los miembros tóxicos de tu familia, puedes negarte a involucrarte en dramas familiares. Puedes hacerlo no tomando partido, manteniendo una conversación informal o cambiando de tema.
Limitar el contacto
No existe ninguna regla en la vida que te obligue a tener contacto con miembros de tu familia. Puede que sea mejor para tu bienestar limitar este contacto. Depende de ti imponer límites estrictos o cortar todo contacto.
Reflexiones finales
No puedes controlar qué tipo de infancia tendrás, pero al reconocer las señales de que creciste en una familia tóxica es posible decidir qué quieres que sea tu futuro y sanar en el camino.
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