Aprender a encontrar su voz oculta y decir su verdad puede ser prueba y error. Se necesita fuerza, conocimiento de uno mismo y coraje para brillar, pero una vez que lo domines, crecerás con cada vocal y sílaba. Estas son las formas en que puede aprovechar su intuición y aprender a comenzar a decir su verdad.
Para decir nuestra verdad, primero, tenemos que conectarnos con nuestra verdad y, con bastante frecuencia, esto se asienta en nuestra intuición. La intuición es inherente, es como un músculo que cuanto más usas, más fuerte se vuelve. Aprender a conectarte con tu intuición se trata de conectar el cuerpo con la mente. Su cuerpo le enviará señales si una decisión no se siente cómoda o correcta, su cuerpo siempre le mostrará la verdad, es solo si está preparado para conectarse y escuchar.
Como se mencionó, aprender a confiar en su voz tiene que ver con la práctica. Es difícil pasar de cero a decir la verdad divina en solo un día. Comience poco a poco y practique confiar en su voz hasta que crezca en confianza y poder. Ya sea que sea tan simple como decir no a un plan o sí a algo o tomar una decisión sobre dónde quiere comer, aprender a confiar en su voz se trata de ser valiente y hablar.
En el viaje de aprender a decir tu verdad, no siempre es necesario verbalizarla. Nuestra verdad surge de muchas maneras y todo lo que tenemos que hacer es reconocerla. Puedes decir tu verdad a través de un diario o sesiones de escritura privadas, a través del yoga y la meditación, o a través de cualquier forma de expresión artística y oración espiritual.
Todos necesitamos apoyo en nuestro viaje por la vida y encontrar la fuerza interior para decir tu verdad es una de esas estancias. Es importante rodearse de un defensor amoroso y confiable que pueda ayudarlo a encontrar la fuerza para usar su voz. Es mejor si esta persona no es un amante, sino más bien un terapeuta, mentor o guía espiritual que te sostenga y te empuje hacia tu ser más grande.
Trate de hacer una práctica de comprobar con usted mismo a diario. Tan pronto como se despierte y tal vez antes de irse a dormir, tómese unos momentos para repasar su mente sobre su cuerpo y ver cómo se siente. ¿Hay alguna parte de ti que se siente tensa o que te roe por dentro? ¿Algún dolor, ansiedad o un sentimiento de amor y ligereza? Verificarnos a nosotros mismos nos recuerda rendir homenaje al cuerpo y averiguar qué verdad podría estar tratando de compartir.
Por alguna razón, hay un millón de formas diarias en las que rechazamos nuestra propia verdad y pretendemos ser algo diferente. Con cada paso, esto nos aleja más de nuestro ser auténtico más profundo. La próxima vez que alguien hable de algo que no entiendes, no tengas miedo de decirle que no sabes o que no entiendes, aunque sea algo tan trivial como haber visto un programa en Netflix. Al entretejer más honestidad en su discurso diario, el salto a decir su verdad y ser auténtico no parece ser un gran abismo.
Es difícil encontrar nuestra propia verdad si está enterrada bajo las capas de historias y etiquetas que otros (y nosotros mismos) nos han impuesto. Cuando tratamos de apegarnos a nuestras etiquetas: el feliz, el ansioso, el tranquilo, no dejamos espacio para que brillen nuestras verdaderas emociones. Los humanos son multidimensionales y complicados y gloriosos y desordenados y tienen una variedad de emociones. Date permiso para finalmente dejar caer las etiquetas y reconocer verdaderamente cómo te sientes.
El hecho de que reconozcas algo como tu verdad no significa que siempre tengas que apresurarte y hacer algo al respecto de inmediato. Muchos de nosotros rechazamos nuestras verdades más profundas porque sentimos que aumenta la presión para tomar una decisión o cambiar nuestra vida. Reconocer su verdad, pero también saber que no tiene que actuar en consecuencia en el momento en que lo descubre, puede hacer maravillas para aliviar la presión, permitiendo que florezca una relación más natural entre usted y su voz interior.
¿Te cuesta decir tu verdad? ¿Qué trucos y herramientas encuentras útiles cuando se trata de tratar de elevar tu voz? Comparte con nosotros en los comentarios y recuerda la regla de oro: tu vida, tu voz.