Hannah y yo éramos compañeros de trabajo en uno de los hoteles más famosos de la ciudad de Nueva York. Trabajamos codo con codo, doce horas al día, seis días a la semana.
Hannah y yo nos llevábamos bien, pero ninguno de los dos sentíamos atracción el uno por el otro. No compartíamos muchos intereses, así que nunca pensé en ella como alguien con quien quisiera salir en los primeros días de nuestra relación.
Pero mis sentimientos por ella cambiaron.
Varios de nosotros estábamos planeando una reunión después del trabajo. La multitud quería ir de bar en bar al centro. Las pocas personas que se opusieron, incluyéndome a mí, finalmente cedieron a la presión.
Hannah resultó ser la excepción. Sorprendió a todos diciendo que iría al viejos bar de jazz al final de la calle, solo si fuera necesario. Algunos en el grupo lanzaron miradas de desaprobación, pero me encantó que ella desafiara a la multitud y no le importara lo que la gente pensara. Su intrépida individualidad la hacía más atractiva. Nos hicimos buenos amigos e incluso salimos años después.
Nuestro romance no duró, pero esa primera experiencia hizo que nos diésemos cuenta de que el atractivo abarcaba más que solo la belleza física. Una cara bonita o un cuerpo esculpido pueden llamar la atención, pero la forma en que actúas y te comportas atrae a las personas mucho después de un estallido inicial de enamoramiento.
No todo el mundo encontrará atractivos estos comportamientos. Pero a lo largo de las décadas he descubierto que las personas que exhiben estas cualidades son admiradas, respetadas y, a menudo, deseadas.
1. Esté dispuesto a hacer lo suyo incluso cuando no sea popular.
No era que Hannah desafiara el liderazgo de la camarilla para ir a un bar de jazz lo que me interesaba. No, fue que lo hizo a pesar de que eso la hacía impopular, y lo hizo con una confianza intrépida. Resistió la presión de sus compañeros y no le importó cómo la hacía lucir.
Claro, a veces es necesario hacer concesiones o ceder para mantener la cohesión del grupo. La terquedad no es una cualidad atractiva. Pero perseguir tus intereses y expresar tu individualidad aumenta tu atractivo, especialmente cuando lo haces ante la desaprobación.