Reprimir las emociones es algo que todos nosotros, en algún nivel, estamos acostumbrados a hacer.
Puede deberse a diversas razones: demuestra debilidad, nos da una sensación de control o, simplemente, sentimos que nadie nos entendería o no nos importaría. Si bien todas estas razones son completamente válidas y comprensibles, muchos de nosotros no nos damos cuenta del daño potencial que podemos causarle a nuestro cuerpo cuando reprimimos las emociones.
A continuación se muestra una lista de diez de esos efectos nocivos, algunos de los cuales pueden sorprenderle:
1. Malos patrones de sueño
El principal culpable es el insomnio, pero también puede suceder lo contrario. Puede sentirse agotado incluso después de dormir más de ocho horas. Por supuesto, en cualquier caso, esto afectará a todos los aspectos de su vida: el trabajo o los estudios pueden verse afectados por la falta de concentración. El cansancio provoca cambios de humor que pueden dañar las relaciones. Su entusiasmo y ganas de vivir pueden desaparecer lentamente y su salud general (tanto física como mental) puede verse seriamente afectada.
2. Agotamiento mental
Cuando reprimes tus sentimientos, un efecto secundario común es tratar de suprimir por completo el recuerdo incómodo. Porque los recuerdos nunca pueden olvidarse a propósitoEsto hace que tu mente trabaje más. Tu cerebro tiene que recordar que no debe traer a la memoria esos recuerdos incómodos, pero al mismo tiempo debe retener el recuerdo para poder reconocerlo.
3. Aumento de peso
Comer para consolarse tiene una relación directa con la supresión de las emociones. La comida tiene una forma de hacernos sentir mejor (aunque sea temporalmente), lo que puede crear un ciclo potencialmente desastroso de sentirse mal, comer para sentirse mejor y luego sentirse mal nuevamente por comer en exceso. Esto, por supuesto, conducirá al aumento de peso.
4. Lapsos de memoria
Las emociones asociadas a algo que sucedió nos ayudan a recordarlo mejor. Cuando reprimimos una emoción tenemos dificultades para recordar no solo el evento, sino también el período de tiempo y los eventos que lo rodearon.
Un estudio realizado por la Universidad de Stanford demostró que la supresión intencional de las emociones provoca un deterioro de la memoria incidental mientras la emoción se mantiene oculta.
5. Presión arterial alta
En el mismo estudio mencionado anteriormente, la Universidad de Stanford descubrió que mantener las emociones dentro aumenta la tasa de Actividad cardiovascularEsto se debe a que cualquier tipo de estrés en su mente o cuerpo aumentará la frecuencia cardíaca y respiratoria, y ambas tienen una influencia directa en su presión arterial.
6. Problemas digestivos
Así como cuando estamos nerviosos o preocupados muchos de nosotros sufrimos calambres o dolores de estómago, de manera similar otros problemas como úlceras, estreñimiento y reflujo ácido pueden ser causados por emociones reprimidas.
7. Movimiento de los dientes
Cuando imaginamos a alguien intentando no enfadarse o estresarse, lo más común es que nos venga a la cabeza apretar los dientes. Y con razón, una sorprendente cantidad de personas tienen este hábito. Sin embargo, puede ser muy perjudicial: el esmalte de los dientes se debilita y provoca movimientos y deformaciones en los dientes.
8. Arrugas
Ocultar tus sentimientos es un trabajo duro para tu rostro. Cualquier tipo de emoción negativa, como la ansiedad o la preocupación, hace que se formen líneas y arrugas en tu rostro. Puede llegar un punto en el que te acostumbres tanto a mantener esa expresión en tu rostro que ni siquiera te des cuenta de que lo estás haciendo.
9. Reducción de la oxitocina
La oxitocina, o la «hormona del amor», se libera cuando las personas se acurrucan o se relacionan socialmente. Ayuda a reducir el estrés y la presión arterialSi estás reprimiendo tus emociones es muy probable que estés alejando a tus seres queridos y privándote de esta hormona vital.
10. Daños en el lóbulo temporal
El lóbulo temporal es la parte del cerebro que se asocia con la audición y con la estabilidad de los estados de ánimo. Si reprimes las emociones, estás interfiriendo en su funcionamiento y, por lo tanto, alterando el equilibrio natural que intenta proporcionar. Esto puede, a lo largo de largos períodos de tiempo, provocar reducción crónica de la función del lóbulo temporal.